17.3.08

Nada personal.

Te quise por lo que fuiste. No te quiero por lo que sos. No puedo odiarte pero no debo amarte. Camino como en una cuerda de circo donde los equilibristas solo alcanzan el éxito si están concentrados. Y necesito controlar la voluntad, que solo depende de mi. Hay gente que la aplica para hacer dieta, dejar de comer con sal, dejar de fumar, y cientos de cosas más. Yo la tengo para no verte. Y me arriesgo a no verte más y a perderte, pero ya no quiero arriesgar mis sentimientos, no los resigno ni los disimulo más. Fuiste un ser maravilloso en mi vida, dejaste una dulce huella, pero últimamente me estaba hundiendo en un padecer sin sentido, que iba creciendo a medida que crecía mi amor por vos. Y si ya no volvemos a vernos, seguramente así tenía que ser y es mejor emprender rutas separadas. Los ríos no se diferencian por su caudal, solo por su cauce, y el mío es el de ir siempre para delante, si me tropiezo levantarme, si veo que puedo avanzar a veces hasta corro, si me tengo que frenar me freno, pero siempre pensando en avanzar, nunca en estancarme, no quiero ser laguna. Creo que nos quedó mucho por compartir, pero que me pude brindar como soy y que marqué en vos un mundo de sensaciones, como diría Sandro. Y si te quise por lo que fuiste, eso incluía tus errores, tus faltas y tus descuidos, lo que ya no se pudo incluir fue tu falta total y absoluta de compasión, de estar, de hacerle sentir a la otra persona que la querés, qué importa cómo sea el disparo si hacerle entender a la otra persona que no le interesás es estar también en la línea de fuego. Es abandono, y el abandono en las causas es falta doble, porque no te hacés cargo de nada. A veces hace falta estar y acompañar, aún en silencio, pero estar de la misma manera que hubiese ocurrido al revés. Y sentirse defraudado es feo, y te deja un dolorcito que por más que lo cures, no se pasa fácil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No pasa fácil... pero pasa...